Este es uno de los mayores miedos de un padre adoptivo. Aquí
os dejo este artículo que nos puede servir de guía:
La vinculación de un niño hacia
sus nuevos padres no sucede de la noche a la mañana. Para la mayoría de ellos,
el afecto y el comportamiento positivo se aprenden poco a poco, a lo largo del
tiempo. Un niño que no ha tenido siempre los mismos cuidadores o que no ha sido
atendido debidamente puede desconfiar de un nuevo hogar, donde, de repente,
todos son extraños y todo es diferente.
A menudo, si el niño ha estado en
acogida o en una buena institución, y ha estado bien vinculado a quienes le han
cuidado, puede pasar por una etapa de ira y dolor por la separación,
manifestándolo mediante un rechazo temporal hacia uno o sus dos nuevos padres,
aunque ellos no tengan la culpa. Su autoestima ha sufrido a causa de sus
pérdidas anteriores, y teme que tú le puedas abandonar como antes lo hicieron
otros.
Irónicamente,
su comportamiento negativo está destinado, de forma inconsciente, a provocar
ese mismo rechazo que tanto teme. Te rechaza antes de que tú puedas
hacerlo.
Lamentablemente, si sus padres no
están preparados para esta etapa de “prueba” -que puede ser posterior a un
período de “luna de miel”, cuando comenzaron a acercarse– él mismo puede
convertir su miedo en una profecía de autocumplimiento.
SÍNTOMAS DE RECHAZO
¿Qué hacer si tu hijo presenta uno o varios de estos
comportamientos?
-
Se muestra
rehacio a que le toquen o abracen.
-
Se aleja de ti
o se da la vuelta en cuanto puede.
-
Se niega a
interactuar o a hacer actividades contigo.
-
Se muestra
desobediente o agresivo contigo.
-
Tiene ataques
de ira frecuentes.
Ante todo, no te dejes llevar por el pánico, y no tomes el rechazo de tu hijo como
algo personal. Piensa en el miedo, el dolor y la frustración que se
esconde tras su furia, su hostilidad o su frialdad. Si tu hijo se resiste a la
cercanía, hay muchas cosas que puedes hacer para ayudarle a que se sienta mejor
y que vaya perdiendo su miedo al abandono. Poco a poco, irás notando progresos,
pueden ser lentos y poco regulares. Generalmente, cuanto mayor sea el niño, más larga puede ser la fase de
ajuste. Un niño en edad escolar puede pasar un año o más poniéndote a
prueba antes de que esté preparado para darte su amor y confianza. La clave es no esperar mejoras
rápidas, sino, sencillamente, mejoras, a pesar de algunos posibles espisodios
de regresión.
BUSCA AYUDA CUANTO
ANTES
El comportamiento negativo que no cambia o que empeora con el
tiempo requerirá ayuda de un terapeuta profesional, pero es importante pedirles
consejo en cuanto te sientas constantemente superada por la ansiedad de tratar
con tu hijo. Es mucho mejor
pedir ayuda demasiado pronto que demasiado tarde. Mantén un contacto
cercano con alguien que te pueda prestar apoyo (el servicio de postadopción, tu
trabajador social o psicólogo, grupos de padres, etc.).
La mayoría de los problemas de vinculación y ajuste se
resuelven con el tiempo con tan sólo algunas estrategias o sugerencias mínimas.
El duelo normal y la ira sobre un vínculo roto, o incluso un vínculo que tarda
en formarse, son mucho más comunes que el auténtico desorden del apego, que sí
requiere una terapia intensiva y especializada. Incluso si tu a hijo le
diagnostican un trastorno reactivo del apego, no desesperes. Las terapias
funcionan.
Intenta mantener la perspectiva en cuanto a estos problemas y
resiste. La mayoría de las familias aseguran que, al final, están contentos con
el ajuste y vinculación de su hijo. Las claves son preparación, educación, expectativas flexibles y
compromiso continuado con tu hijo.
www. Postadopcion.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario