lunes, 26 de agosto de 2013

¿PROBLEMAS INESPERADOS?

En este artículo Dee A. Paddock nos expone algunas estrategias de supervivencia para enfrentarse a enfermedades o problemas de aprendizaje diagnosticados a un niño tras su adopción.

Al contrario que los padres biológicos, los padres adoptivos suelen tener el beneficio de un escueto informe médico antes de comprometerse con un niño determinado. Pero hay riesgos inherentes a ambos tipos de paternidad. Meses o años tras la llegada del niño, a veces nos enfrentamos a información inesperada acerca de su salud física, psicológica o neurológica, o a problemas de aprendizaje.

Antes de la asignación, muchos niños son descritos a futuros padres como “normales y saludables”, y posiblemente lo sean – en ese momento de su desarrollo-. Sin embargo, ahora sabemos que muchos problemas médicos, psicológicos o de aprendizaje sólo se manifiestan a medida que el niño va madurando física y emocionalmente, cuando aumentan las exigencias sociales y académicas.

Un camino en cuatro pasos:

1.     Reconocer nuestros sentimientos de dolor como normales.

2.    Buscar información.

3.    Buscar ayuda profesional adecuada.

4.    Adecuar nuestras expectativas.

A continuación vamos a detallar cada uno de ellos:

1.   La primera respuesta de los padres a este tipo de problema suele ser el duelo. Muchos padres se sienten traicionados por la agencia de adopción o los asistentes sociales: “¿Cómo podíais ignorar que esto le iba a pasar a mi hijo?¿Cómo es posible que nos enteremos ahora?¿Quién nos ha ocultado esta información?” Recuerda: el Primer paso de supervivencia para manejar diagnósticos inesperados es reconocer que nuestros sentimientos son reacciones de dolor, normales ante la amenaza de una pérdida. Cuando nuestros hijos adoptivos se enfrentan a nuevos problemas o dificultades, nos duele la pérdida de la normalidad y seguridad que conllevan estos diagnósticos. Las familias adoptivas se crean partiendo de una profunda pérdida, y es normal que seamos más vulnerables a vivir de nuevo esos sentimientos de pérdida.

2.  Los padres adoptivos que reciban apoyo y reconocimiento de sus sentimientos -rabia, miedo, culpa y ansiedad- por parte de familia, amigos y profesionales estarán preparados para el segundo paso de la supervivencia: buscar información acerca de la ayuda profesional más idónea para su hijo.                   

    Sin embargo, los padres adoptivos que sean juzgados negativamente por reaccionar “mal” ante noticias difíciles e inesperadas necesitarán culpar a alguien, a quien sea. Es el momento de buscar a otros padres adoptivos que hayan enfrentado a los mismos problemas que ahora afectan a tu familia. Hay que localizar grupos de apoyo de padres que hayan tratado con éxito a niños con problemas médicos, físicos o de aprendizaje. ¡La información es poder! Los padres adoptivos pueden pasar de la impotencia a la colaboración y participación en el progreso de su hijo.

3.  El Tercer paso de la Supervivencia llega cuando los padres, armados con información y apoyo, comienzan a contactar con profesionales que puedan tratar a su hijo. No es el momento de buscar nombres al azar a través de las páginas amarillas; los niños adoptados con problemas necesitan ayuda de profesionales que conozcan el mundo de la adopción. Es importante buscar y exigir expertos cualificados para este trabajo, y no hay que dudar en preguntar por su experiencia al conocerlos. Demasiado a menudo, los padres adoptivos han de enfrentase a  profesores, médicos, psicólogos o trabajadores sociales que no tienen experiencia en este campo, lo que nos obliga a dedicar nuestro precios tiempo, energía y dinero e educar a estos profesionales acerca de las realidades normales y, a la vez, diferentes, que afectan al desarrollo de nuestros hijos, y que afectan a sus trastornos. Mary Phiper, autora del libro “El refugio del uno en el otro” anima a los padres que luchan por la salud de sus hijos a buscar la ayuda profesional más adecuada. “Cuando estamos en zona de guerra, es una locura preguntarle a la gente si fueron amamantados de pequeños o comenzar a analizar sus sueños”.

4.  Acercándonos de forma cuidadosa y a la vez exigente para crear un equipo de ayuda profesional, vamos moviéndonos hacia el cuarto paso de la supervivencia. Debemos cambiar las expectativas que teníamos acerca de nuestro hijo adoptado, adecuarlas a su problema, y aprender a manejar, antes que solucionar, los problemas a los que nuestro hijo se enfrenta. Los padres adoptivos a menudo luchan con expectativas pocos realistas tanto de ellos mismos como padres como de sus hijos. Continuamente tratamos de borrar los estigmas culturales que rodean la adopción mostrando al mundo que somos padres normales criando a niños perfectos. Un problema médico, psicológico o de aprendizaje resta a esta imagen, y perderemos un tiempo valiosísimo si nos empeñamos en volver al punto de partida anterior al diagnóstico. No hay “vuelta a atrás”. La discapacidad es un reto para nosotros y para nuestra familia, y tenemos que crear una nueva normalidad” que incluye la realidad con la que ahora tenemos que lidiar.

Nietzsche escribió “lo que no me mata, me hace más fuerte”. Las familias adoptivas pueden sobrevivir y florecer, incluso cuando nuestros hijos adoptados tienen que enfrentarse a problemas inesperados. A medida que vayamos aprendiendo a asumir nuevas pérdidas dentro de la adopción, nos haremos receptivos a esos dones y regalos que supone vivir ese sentimiento de crecimiento y unión que nos acompañan durante tiempos difíciles. Camina cada uno de estos pasos de supervivencia como si fueran pasitos de bebé, poco a poco, y prepárate para volver a andar esa ruta de vez en cuando mientras tu familia se enfrenta con éxito a las exigencias de desarrollo de una familia adoptiva.




Artículo escrito por Dee A. Paddock en “Families with a differencer”. 

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