Los estudios sobre
adopción en los niños de esta edad son contradictorios. Mientras que algunos
afirman que los niños adoptados no tienen más problemas psicológicos que los no
adoptados, otros consideran que sí muestran más trastornos de comportamiento y
personalidad, generalmente una mayor dependencia, ansiedad, miedo y hostilidad.
En general, los niños adoptados suelen estar
dentro de la media, tanto académica como emocional. Sin embargo, pueden mostrar más problemas si
fueron adoptados con más de nueve años o si pasaron por varios hogares
diferentes. Dados que esos niños tienen más posibilidad de tener
problemas de vinculación, los padres deben considerar la necesidad de apoyarle
con tratamientos terapéuticos si aparecen signos de problemas.
Este período de la
infancia suele describirse como un período feliz, durante el cual los niños
apenas tienen responsabilidades ni problemas. Sin embargo, sabemos que esta
etapa, entre los 6 y 11 años, tiene otro lado mucho más complejo. Esta faceta la
desarrollan los niños, sobre todo, a través de su mundo interior, que a menudo
se desvela a través de sus sueños y fantasías. Es ahí donde expresan sus
sentimientos, sus deseos de abrirse más allá de su círculo familiar, de ser
valorado por los demás y sus miedos a ser tontos, feos, o inútiles.
Durante este periodo se
expanden sus horizontes: están listos para aprender no sólo de su familia, sino
también del colegio, de sus amigos, de la vida exterior en general. Los juegos
de equipo y la competición les atraen y ponen nerviosos a la vez, y buscan incesantemente señales de que
son queridos y aceptados. Y al mismo tiempo, les preocupa que les puedan
pasar cosas malas como “castigo” a sus malos pensamientos.
No es de extrañar que en
este estado, incluso sin la presión adicional que puede suponer un divorcio u
otras crisis familiares, sufran a menudo de problemas emocionales y de
comportamiento. Algunos de los problemas más comunes son la hiperactividad; mal
rendimiento académico; baja autoestima; agresividad; testarudez; relaciones
problemáticas con hermanos, amigos o padres; falta de confianza; miedo;
tristeza; depresión o soledad. Los padres adoptivos se preguntan en qué medida
ese tipo de problemas están causados o influenciados por la adopción. Algunos
expertos aseguran que debemos
ser conscientes de que la mayor fuente de problemas son los cambios que
conllevan ese paso de la niñez a la adolescencia, no el hecho de que el niño
seo a no adoptado.
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