martes, 21 de enero de 2014

SON ADOPTADOS, SON IGUALES

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Cerca de 50.000 niños han sido adoptados en España desde 1995, cuando el Gobierno español ratificó lo acordado en el Convenio de La Haya relativo a la Protección del Niño y a la Cooperación en Materia de Adopción Internacional. Sin embargo, el 70% de los niños adoptados sufren discriminación verbal. Así lo recoge la organización Ume Alaia, que aglutina a las familias adoptivas de la provincia vasca de Vizcaya. Hay casos todavía más graves. En los últimos 10 años, la Generalitat de Cataluña ha denunciado el abandono de 72 niños tomados en adopción. Muchos de estos menores tenían más de 10 años. Esta etapa es muy importante en la infancia. Se dan pasos relevantes para el pequeño elija con más claridad su futuro.
El trámite de la adopción es complicado para el adoptado.  Tiene que partir de cero en una sociedad diferente a la que conocía. Una sociedad en la que debe superar varias preguntas, algunas veces hechas por curiosidad, y otras por molestar. La cuestión que más escuchará casi con toda seguridad será: “¿Sabes que tus padres no son de verdad?” o “¿Sabes que esos no son tus padres?”. Estas cuestiones pueden hundir la moral del pequeño. Le pueden hacer sentir como una pieza que no encaja en el rompecabezas familiar. Este hecho hace más vital si cabe la función de los padres adoptivos. Padres que, en algún momento de su vida, tendrán que hablarle sobre su adopción sin tapujos.
España es uno de los países europeos más reacios en cuanto a la integración infantil. El porcentaje de niños extranjeros que reciben educación en España oscila entre el 5-10%. En otros países europeos como Francia o Reino Unido, el porcentaje de alumnos extranjeros se acerca al 20%. Además, se han puesto trabas en varios acuerdos de adopción con otros países. Es el caso de los trámites con Rusia cuyo convenio firmó el ministro de Justicia español Alberto Ruiz-Gallardón. En este texto se impide a las parejas homosexuales adoptar niños de origen ruso.
Hay muchos ejemplos de famosos que fueron hijos adoptados. La mayoría de estos casos son adopciones que se producen dentro de la misma familia. Es el caso del actor Jack Nicholson, que fue adoptado por sus abuelos. Otro ejemplo es el cantante John Lennon, que fue adoptado por su tía. El padre del conocido cantante trabajaba como marino mercante y su madre tenía problemas con el alcohol. Por esta razón, Lennon pasó su infancia con su tía Mimi.
Hay casos de famosos que fueron enviados a otra familia por diversos motivos. Steve Jobs, el malogrado fundador de Apple, recibió el apellido de su familia adoptiva. Su padre, Abdulfattah Jandali, y su madre, Joanne Schieble, decidieron entregar a su hijo a Paul y Clara Jobs. En la biografía publicada sobre el informático se revela su curiosidad por conocer a su familia biológica. Inició esa búsqueda tras el fallecimiento de su madre adoptiva.
La situación es algo más complicada cuando la cuestión racial está de por medio. El caso más conocido es el del futbolista italiano de origen ghanés Mario Balotelli.  Balotelli era hijo de dos inmigrantes ghaneses residentes en Italia. Con pocos años tuvo problemas digestivos que sus padres no podían pagar. La familia Balotelli decidió tomarlo en adopción y hacerse cargo de su recuperación. El actual carácter del futbolista podría deberse a problemas sufridos en la infancia a raíz de su adopción. Pese a ello, Balotelli ha mostrado siempre respeto hacia la familia que lo acogió. En la Eurocopa de fútbol 2012, el delantero italiano se abrazó de manera efusiva con su madre adoptiva para celebrar el pase a la final del torneo.
La adopción es una forma para muchas familias de dar cariño y ayuda a un niño. Estas familias han hecho lo imposible para lograr su adopción. Y esta adopción cambia la vida tanto de los padres como del niño. Los niños adoptados sufren discriminación por el hecho de vivir con una familia distinta a su familia biológica. No se entiende esta discriminación. Son adoptados, son iguales.
Fuente: http://www.ellibrepensador.com

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