ESCUCHAMOS LAS EMOCIONES:
Es bueno hacer que el niño aprenda a identificar situaciones
concretas que le hayan ocurrido y en las que haya sentido distintas emociones: alegría, tristeza, enfado, etc.
De esta forma le ofrecemos posibilidades
reales de elección de las emociones,
ya que muchas veces no saben con qué responder a un suceso; por ejemplo, si el
niño se ha caído y no tiene importancia, no conviene hacerle que se concentre
en el dolor, sino en lo bien que se lo estaba pasando y animarle para que
vuelva a la actividad.
En
el ámbito doméstico, es bueno
jugar a expresar emociones a través de la mímica, de esta forma
aprenderá la importancia de las señales corporales y cómo fijarse en ellas.
También narrar cuentos en los que
identifiquen situaciones normales,
como la llegada de un hermanito, la mudanza, las vacaciones, etc. Las historias
que les ofrezcamos les darán información sobre sus propias emociones y les serán
de ayuda para comprender lo que sienten.
Al
contarles los cuentos tradicionales, presentar los personajes que expresen
emociones motivadoras para su edad, y hablar sobre cómo se sienten los
protagonistas, cómo influyen en los demás personajes…
Cuidar la entonación para enfatizar emociones, exagerando la musicalidad y
haciendo pausas para llamar la atención.
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