sábado, 30 de noviembre de 2013

Los Mejores Juguetes para Cada Edad

Deben convertir al niño en protagonista, 
potenciando su imaginación y creatividad

La compra de los juguetes para los niños en Navidad es una inversión de la que no siempre se obtiene el mejor rendimiento.
En estas fechas, las familias se suelen gastar un promedio de 90 € en cada niño. Sin embargo las prisas, las aglomeraciones en los comercios y la gran variedad de productos confunden muchas veces al consumidor a la hora de hacer la elección.
Las modas y la publicidad también influyen en padres e hijos a la hora de pedir y adquirir productos que en numerosas ocasiones no son adecuados, bien porque no cumplen las normas de seguridad mínimas o porque carecen de las características para que estos objetos diviertan, entretengan y enseñen.
Saber cuántos juguetes se deben adquirir, de qué tipo, cuáles son los más acertados en función de la edad, y a dónde se puede acudir para obtenerlos, ayudarán a realizar una compra más inteligente que redundará en beneficio de los niños.

Para que los regalos que traigan Papá Noël y/o Melchor, Gaspar y Baltasar acierten con los gustos de los pequeños, les ayuden a potenciar su espíritu e inteligencia y también les preserven de posibles accidentes, se debe tener en cuenta:


a)     Integridad física. 

En lo primero que hay que pensar es en la integridad física del niño. El anagrama "CE" ha garantizado tradicionalmente el cumplimiento de los requisitos establecidos en la legislación española y europea sobre seguridad de los juguetes, pero en estos momentos se venden en el mercado -sobre todo en las grandes superficies comerciales-, productos de Lejano Oriente en los que figura dicho anagrama falsificado. Se trata, en general, de artículos más baratos que no cumplen la normativa.

La recomendación de la Asociación de Fabricantes de Juguetes Españoles es comprar productos fabricados en Europa, ya que cumplen con esta legislación que garantiza la inocuidad de los artículos.
Así, por ejemplo, la norma asegura que el juguete no pueda astillarse con facilidad con el uso normal y que sus elementos carezcan de aristas, rebabas o partes punzantes. En el caso de los elementos textiles, como los peluches, deben ser bastante resistentes al fuego. En las pinturas que se emplean resulta imprescindible que carezcan de elementos tóxicos, como el plomo o el cadmio, para que el niño no sufra intoxicación si chupa el objeto.
En los juguetes que funcionan con pilas o enchufados a la red, la norma también se encarga de comprobar que no se produzcan calambres a los usuarios, mediante medidas de alta seguridad.
Asimismo, es conveniente que se adquieran juegos para las edades recomendadas por el fabricante. Sobre todo hay que tener mucho cuidado con los menores de la familia, que corren el riesgo de tragarse cualquier objeto de dimensiones pequeñas.


b)    ¿Cuántos juguetes?: 

El desarrollo de los niños se potencia en mayor medida cuanto más variado sea el ambiente que los rodea y cuanto más se estimulen distintos tipos de experiencias.
Cuando juegan, los niños ejercitan su agilidad física, sentidos y pensamientos. Pero esto no significa que deban tener una cantidad excesiva de juguetes.
Los especialistas son muy explícitos en este sentido: "más vale poco y bien elegido que mucho y revuelto, porque esto último es igual a nada".

A los padres hay que quitarles de la cabeza que el juguete más caro es el más enriquecedor. Aquéllos que lo dan todo hecho y dejan al niño pasivo, o como simple espectador, no le aportan nada en absoluto.

Por otro lado, para los pequeños es muy importante tener ilusiones. Concederles de forma inmediata la consecución de todos sus deseos, sin que haya cierta demora, es privarles de experiencias necesarias para un desarrollo equilibrado de su personalidad.

c)     Vídeojuegos. 

El videojuego es uno de los juguetes preferidos de la mayoría de los niños y adolescentes españoles. Sin embargo, esta nueva forma de ocio provoca mucha polémica en la sociedad. Existe la creencia de que pueden crear adicción o que inducen cambios de conducta tendentes al aislamiento y la violencia.
Lo cierto es que el ordenador es una herramienta que ya forma parte del panorama laboral y doméstico, por lo que no está de más que los niños y adolescentes vayan familiarizándose con él. No obstante, es muy conveniente cuidar dos aspectos: el tiempo de exposición a las pantallas y el contenido de los juegos. Es en estos dos factores donde realmente hay peligro de malograr al niño.
Según un estudio de la CECU (Confederación Española de Consumidores y Usuarios), la mayoría de los videojuegos fomentan valores violentos, destructivos y discriminatorios. Está en manos del consumidor no comprar productos que potencien estas actitudes negativas. Al fin y al cabo, lo que quieren las empresas es vender.

El tiempo recomendado para que un menor de 7 años juegue con una pantalla no excederá los 15 minutos. Los padres deben observar cómo el niño se relaciona con esta actividad que, si se realiza adecuadamente, puede proporcionarle una experiencia de control muy positiva.

A los más mayores es conveniente ponerles un límite diario de tiempo que no exceda los tres cuartos de hora, aunque los fabricantes aconsejan 2 horas. El problema no es tanto el tiempo que pasa con el videojuego, en el que interactúa solo, sino lo que supone de privación de otras experiencias muy necesarias.
Si se busca un juguete que cumpla con sus objetivos de entretener, divertir y enseñar, es imprescindible que responda a los intereses del niño.
Para ello hay que tener en cuenta su edad y las etapas por las que atraviesa en su desarrollo.
A este respecto, cabe hablar de cuatro periodos desde el nacimiento a la adolescencia: de 0 a años; de 2 a 6 años; de 6 a 12 y a partir de 12 años.





De 0 a 2 años

Durante su primer año, el juguete preferido del niño es su propio cuerpo. Necesita aprender a dominarlo y a realizar coordinaciones entre los distintos sentidos para desarrollar su inteligencia.
El continuo ejercicio de los movimientos que realiza le producen placer. Los juguetes más adecuados para este momento son aquéllos que tienden a favorecer la coordinación motora, un dominio del espacio y el desarrollo de los sentidos.
Conviene valorar el material de que están hechos los juguetes, para que incorporen distintas texturas, colores (también deben ver blanco y negro), sonidos y luz. Los más convenientes son los que se puedan chupar, morder, agarrar, aplastar, arrastrar, meter y sacar, y que suenen.
Algunos de los artículos recomendables en este periodo son los sonajeros, mordedores, móviles, juguetes colgantes para la cuna, muñecos sencillos de trapo o madera, juguetes musicales, mantas con distintas actividades, libros de plástico o de tela, y trapecios-gimnasio para bebés.

A partir del año, y en función del momento en que comienzan a andar, los niños necesitan ya juguetes de arrastre, correpasillos (una especie de triciclo sin pedales) y balancines.

Los objetos apilables, los bloques, cubiletes, tentetiesos, muñecos, pelotas, ositos y otros objetos de materiales no tóxicos, lavables y de tacto agradable, resultarán muy 
favorecedores.



De 2 a 6 años

Éste es el periodo de "la infancia mágica". A medida que los niños se acercan a los 2 años, comienzan a imitar y a tener capacidad de representación simbólica.
Les encanta emular los comportamientos e impresiones que les rodean. La implicación de lo intelectual y lo afectivo es tan grande que no saben dónde están sus límites. Para ellos, el juego es una forma de liberar tensiones. Se transforma en algo simbólico, que también les permitirá realizar sus deseos.
Durante este periodo, sus preferidos son todos aquellos juguetes que les ayudan a desarrollar situaciones imaginarias, representar un papel y fomentar el simbolismo y la fabulación.


A los 2 años son recomendables -tanto para niños como para niñas- los coches, trenes, carretillas y camiones que puedan empujar, cargar y vaciar; las arquitecturas de equilibrio en plástico o madera; los bancos de carpintero; las herramientas de madera o plástico; cubos, palas, rastrillos y moldes para jugar con la arena; muñecas; teléfonos; cunas y cochecitos de muñecas; cacharritos; caballos escoba; la pintura de dedos y la arcilla.


A partir de los tres años, los niños comienzan a relacionarse con sus iguales y a querer asociarse con ellos para sus juegos, aunque continúa siendo más importante la realización de sus propios deseos. Es el momento en el que aparece, en ocasiones, el compañero imaginario.
Ya pueden utilizar triciclos, patines, carretones y columpios. Tanto el niño como la niña disfrutarán con los juegos domésticos como, por ejemplo, los equipos de limpieza. Les entusiasmarán los zoos, las tiendas, granjas, garajes, herramientas, las muñecas y sus complementos, y las linternas.



Las construcciones con piezas de diversos tamaños y formas son muy adecuadas. También comienzan a tener importancia los primeros juegos de mesa, como puzzles, rompecabezas y lotos para identificar y relacionar imágenes.
A partir de esta edad les encanta escuchar una y otra vez cuentos que se aprenden de memoria y con los que elaboran sus conflictos, realizando sus propios deseos en la fantasía.
Está comprobado que la lectura de cuentos de los padres a los niños, desde los dos años, les ayudan a desarrollar el lenguaje y facilitan su mejor adaptación a la escuela.
No obstante, hay que tener cuidado con el mensaje que se transmite. Muchos de los cuentos tradicionales están en total contradicción con los valores que nuestra sociedad defiende, por lo que habrá que buscar nuevas versiones que les proporcionen mensajes que les ayuden a interiorizar la necesidad de la tolerancia, la solidaridad y la igualdad de sexos.

Después de cumplidos los 4 años, los niños están plenamente identificados con el género al que pertenecen. Saben perfectamente si son niño o niña. Y en función de los roles que cumplan sus padres en casa, tenderán a querer jugar a unas cosas o a otras.
Sin embargo, los juegos tradicionalmente vinculados con uno u otro sexo desarrollan cualidades distintas. Los roles (casitas, médicos etc) fomentan la capacidad para ponerse en el papel del prójimo y ser más comprensivo. También ayudan a saber desenvolverse en las tareas domésticas. En cambio, los juegos de construcciones y vehículos fomentan las capacidades espaciales y una mayor iniciativa. ¿Por qué privar a niños y niñas de esas cualidades? Existe una amplia gama de juegos para ambos.






De 6 a 12 años

A partir de los seis años, y casi hasta los nueve, es la edad de la fuerza. Necesitan competir con sus iguales para averiguar su propio valor.
Todos los artículos utilizados para el ejercicio físico les ayudarán a liberar su tensión. También son juguetes muy apropiados para esta edad aquéllos que favorezcan la habilidad, la atención y la capacidad creadora, la destreza y la imaginación y, sobre todo, la afirmación individual.
También les divierten los juegos con los demás (con terceras personas) en los que hay que cumplir unas reglas.



De seis a nueve años son casi imprescindibles la bicicleta, los patines, las canicas, los aviones, las construcciones, el yo-yo, los juegos de letras, los telares, las costuras, los títeres y marionetas, las cajas para engarzar collares, los quits para el cuidado de la naturaleza (con casa incluida para pájaros), el croket, los solitarios, los juegos de mesa con preguntas y respuestas sobre distintas materias, los rompecabezas, loterías y todo aquello que se pueda coleccionar.

A partir de los nueve años y hasta los doce son muy importantes los juegos que anticipan situaciones adultas profesionales, como por ejemplo, los de química, electricidad o el microscopio. Resultan también muy positivos aquéllos que fomentan las actividades en equipo, sean deportivas o intelectuales.


Las construcciones, los mecanos a motor, las cometas, la iniciación en el modelismo (realizando aviones, barcos, casitas de muñecas y sus muebles en miniatura) y el coleccionismo de sellos, monedas, mariposas o rocas minerales, o los instrumentos musicales pueden ser el inicio de un "hobby" que dure toda la vida.


Más de 12 años

A esta edad comienza a desaparecer la necesidad de jugar. Es el momento de estimular las aficiones que se hayan ido adquiriendo a lo largo de la niñez o de investigar en distintas actividades que faciliten el ocio.

La principal tarea de esta etapa es la construcción de la propia identidad. Se trata de elaborar un proyecto vital en las distintas esferas de la vida adulta.
Es muy importante colaborar con los adolescentes en la consecución de estos objetivos, porque cuando no disponen de oportunidades positivas para establecer su identidad pueden resolver la tarea identificándose plenamente con ideologías o grupos de referencia negativos o absolutistas.
Todo aquello que fomente sus aficiones (los libros, la música, la ropa y los vídeojuegos) son los mejores regalos que se les puede hacer.
Esta información se ha elaborado con la colaboración de María José Díaz Aguado, catedrática de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid; María Montserrat Bofill, propietaria de la juguetería especializada Puck; la UCE (Unión de Consumidores de España); la Asociación de Fabricantes de Juguetes de España; y AIJU, Instituto Tecnológico del Juguete.


Consejos prácticos
  • Hay que partir de las necesidades y preferencias del niño, y no de los gustos del adulto.
  • No se deben comprar juguetes que fomenten comportamientos agresivos, sexistas o intolerantes.
  • Es necesario tener en cuenta la edad del niño y sus peculiaridades.
  • Los juegos deben convertir al niño en el protagonista, potenciándole la imaginación y la creatividad o cualquier otro aspecto de su personalidad.
  • Los que sirven para que los padres también compartan las experiencias lúdicas resultarán muy beneficiosos para fomentar una mejor relación con los hijos.
  • Todos los juguetes son igualmente recomendables para niños o niñas. Desarrollan funciones diferentes que ayudarán a que sean personas más completas.
  • Es necesario valorar críticamente el aspecto del juguete para prever su duración y adecuación al juego. Deben ser sólidos, seguros, asépticos y duraderos.
  • Si no se quiere despilfarrar el dinero, hay que comparar precios en los distintos establecimientos. Puede haber una diferencia de más de 18€ en el mismo artículo, dependiendo de dónde se adquiera.
  • Resulta muy recomendable no esperar al último momento para realizar las compras. Antes del 15 de diciembre es más fácil encontrar lo que se busca.
  • AIJU, el Instituto Tecnológico del Juguete, ha editado una guía sobre los juguetes de calidad más recomendables para las necesidades de los niños. Se distribuye de forma gratuita en establecimientos de las cadenas Jac, Landert y Toys'r'us

 Artículo escrito po Elvira de Miguel

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