VEMOS LA TELE JUNTOS:
La televisión ejerce una gran influencia sobre los niños,
especialmente sobre su aprendizaje social, que se realiza durante los primeros
años. A través de la televisión, los niños adquieren toda una serie de
experiencias de aprendizajes indirectas que se desplazan a las experiencias
directas que pueden obtener en la interacción con su propio medio,
estableciendo relaciones y escalas de valores nuevas y, muchas veces, ajenas a
su realidad cotidiana. Los
personajes audiovisuales son auténticos modelos de conducta para los niños.
Como padres, debemos ser
exigentes con nosotros mismos en un aspecto fundamental de su educación como es
la televisión. Algunas sencillas pautas nos pueden ayudar a buscar el norte
para que nosotros y nuestros hijos lleguemos a ser espectadores críticos:
- En la
medida de lo posible, debemos ver
la televisión con nuestros hijos.
- No utilizar los programas para “tener
entretenidos” a los niños. Es una actividad suya que debemos compartir,
comentando con los niños, al principio y al final de los programas, los
aspectos morales no compartidos, comparando la ficción con la realidad.
- Aprovechar
la variedad de oferta audiovisual para tener en casa películas que contengan mensajes adecuados para su edad y
desarrollo. No todas las películas infantiles son adecuadas para todas
las edades, ni son convenientes por los mensajes que transmiten.
- Si hay
algo poco conveniente para los más pequeños es la publicidad que, de manera excesiva, aparece en
los intermedios de los programas infantiles. Tan sólo puede generar en ellos
afán de consumir sin necesidad y frustraciones ante lo que no pueden obtener.
Sería conveniente evitar que
los niños más pequeños reciban estos mensajes.
No ignorar estas influencias es
un paso adelante en la búsqueda creativa de recursos para que el niño pueda
pasar de ser un espectador pasivo a un espectador crítico y consciente.
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